El Periódico
Los huecos, la deficiente señalización, las altas velocidades y en muchos casos la embriaguez de los conductores, es la mezcla letal que ubica algunas vías de Tuluá entre las de mayor riesgo en la región.
De acuerdo a las denuncias de la comunidad, hay varias intercepciones viales en esta localidad que no hay día en que no se registre un accidente.
Entre los puntos más críticos figura la calle 22 con carreras 19, 22, 24, 25 y 26; igualmente la calle 26 a la altura del barrio La Esperanza, la calle 24 entre carreras segunda y octava, entre otras.
Según el Secretario de Tránsito Municipal, Juan Fernando Henao, dijo que muchos de los accidentes tienen entre sus causas la imprudencia y el tener un conductor ebrio al volante, pero también reconoció que la mayoría de los siniestros están asociados a la falta de señalización.
Se indicó que en el 72% de los accidentes ocurridos entre enero y agosto de este año, se vieron involucradas motocicletas.
Carlos Guillermo Moreno, uno de los motociclistas señaló que como alternativa para controlar la alta accidentalidad, es necesario aumentar la señalización y los reductores de velocidad.
Frente a este tema, el titular de la cartera de tránsito aseguró que hace varios meses le entregó a la Secretaria de Obras Públicas, un detallado informe de los puntos en donde se requiera la instalación de reductores de velocidad, pero se está en el proceso de contratación.
Mientras tanto, los usuarios de las vías de la región siguen esperando acciones en este sentido y, por fin se le ponga freno al elevado número de muertes y heridos por accidentes.
Entre los accidentes más sonados ocurridos en el transcurso de esta semana, se menciona el registrado a la salida sur del municipio de Tuluám en donde tres mujeres identificadas como Julia Velásquez, María Eugenia y José Fina Cruz, sufrieron varias lesiones, luego de que chocaran las motocicletas en las que se transportaba.
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