6.5.13

En Tuluá, los trabajadores salieron a la calle para protestar contra la Uceva y Centroaguas


Redacción Tuluá
El Periódico

La indignación, la unidad y la esperanza, fueron las banderas que nuevamente se izaron en la marcha protagonizada por los trabajadores de Tuluá, en el marco de  la conmemoración del  Primero de Mayo, día internacional de la clase obrera.
De la marcha, que partió hacia las nueve de la mañana del Parque de los 50 mil metros y recorrió las principales calles de la ciudad  hasta llegar a la Plaza Cívica de Boyacá, hicieron parte diferentes organizaciones sindicales, trabajadores informales, profesores, estudiantes y el pueblo en general, quienes  denunciaron, mientras se movilizaban, el arrasamiento de la riqueza nacional, las condiciones laborales y el nivel de vida de la población colombiana que sobrevendría de la aprobación  de la Reforma Tributaria puesta en marcha por el Presidente Juan Manuel Santos, y que eliminó los aportes parafiscales del SENA, el ICBF; la Reforma a la Salud que pretende el desmonte de la tutela con la mentira que se acabarán las EPS; la Privatización de la Educación como eje fundamental de la política nacional, que busca con la directiva ministerial 02 de 2012, dejar a más de 25 mil maestros por fuera de nómina; denuncias que fueron ampliadas en las intervenciones de cada uno de los directivos de los sindicatos que estuvieron presentes.
Para destacar que en la marcha denominada “todos a la calle”, los trabajadores también marcharon contra  la persecución y el acoso laboral por parte del gerente de Centroaguas, así como la arrogancia del rector  de la UCEVA, que desconoce, según los manifestantes, los principios de negociación colectiva entre empleador y los trabajadores; y la masacre laboral suscitada en el Ingenio San Carlos, generando el señalamiento de sus despidos. 
 A la marcha también se sumaron representantes de organizaciones campesinas y caficultores que insisten que pese a que se avanzó en el pasado paro cafetero, la baja productividad, la revaluación, la caída en precios internacionales y los altos costos de producción, los tienen en jaque.
Año tras año, trabajadores de lo largo y ancho del país, hacen a un lado el cansancio originado de las largas jornadas de trabajo para emprender una enérgica marcha con el propósito de  salir de la invisibilidad en la que la política laboral colombiana los tiene sumergidos. A su lado marchan sus familias, los pensionados  y estudiantes, que reconocen la fecha, no como una simple tradición sino como una remembranza de una eterna lucha en la que las reivindicaciones siguen siendo las mismas, pues las circunstancias que les dieron fundamento se niegan a desaparecer.