13.1.14

Comité de Veeduría Ciudadana por la defensa del Río Tuluá advierte sobre posible desgracia

Redacción Tuluá
El Periódico

La última semana del 2013 la inundación del río Tuluá  en la zona urbana, dio aviso a la ciudadanía de la necesidad de  acciones efectivas para detener el  paulatino deterioro de la cuenca (capacidad de prestación de servicios ambientales) y disminuir el alto nivel de sedimentación que ha colmatado la cuenca media y baja del río con ciento de miles de toneladas de metros cúbicos de material de arrastre. Sedimentación que se explica por el conflicto de uso de suelo, inestabilidad geológica y de niveles altos de sismicidad, especialmente en la cuenca alta, aseguró en un comunicado el Comité de Veeduría Ciudadana por la defensa del río Tuluá.
Agregan que “ya el ciudadano conoce que el POMCH (Plan de Ordenamiento de la cuenca del río Tuluá) como instrumento de planificación no es suficiente puesto que su ejecución en los últimos dos años ha sido mínima (irrisoria), que las denuncias por la pérdida de biodiversidad (la sabaleta como especie representativa) y que los dos Cabildos Abiertos realizados, son un canto a la bandera; que las inversiones para su descolmatación dejan un manto de duda tanto por su ilegalidad (no existe licencia para el aprovechamiento de materiales) como por su efectividad”.
A renglón seguido señalan que:  “un breve recorrido por el sector de Mateguadua - Puente Zinc-quebrada Naranjal, nos muestra un panorama preocupante: el daño de la bocatoma El Rumor, la erosión de su franja protectora que afecta fincas, la escuela veredal, el Jardín Botánico, viviendas,  el estado de la vía, pero especialmente los grandes volúmenes de material de arrastre y madera (palizadas) que se acumula en el sector de Loma Redonda-Cienegueta hasta  la bocatoma de la acequia Grande y que irremediablemente terminará llenando el cauce en el sector urbano, aumentando día a día el riesgo de inundaciones y la capacidad de la cuenca para prestar los servicios ambientales que por siglos ha suministrado a los habitantes de la región”.
Finalmente advirtieron que: “es evidente que no existe la gobernabilidad necesaria para emprender la recuperación de nuestro río tutelar.  Sabemos que el estado actual de la cuenca compromete su sostenibilidad ambiental y social, generando incertidumbre sobre la permanencia de los servicios ambientales, la conservación del recurso agua fundamental para la vida y el desarrollo social y económico de nuestro territorio, sin embargo de no tomarse las medidas necesarias, y de continuarse con la pasividad de la sociedad civil y la indolencia de la clase dirigente tulueña,  seremos testigos obligados de nuestra propia desgracia”.