Redacción Tuluá
El Periódico
Por lo menos 300 motociclistas que se arremolinaron en inmediaciones de la zona de rumba en la entrada sur de la ciudad con el objetivo de realizar “piques” ilegales en la glorieta frente al cementerio Los Olivos, se tuvieron que dispersar ante la presencia de las autoridades que montaron un fuerte dispositivo de movilidad y seguridad vial en el lugar.
La estrategia montada por la administración del alcalde Gustavo Vélez Román, inicialmente para persuadir, educar y disuadir, también arrojó resultados operativos importantes, pese a que esa no era una de las prioridades de esta primera jornada. “He dado instrucciones precisas para que se ejerza el principio de autoridad con total apego al respeto por los Derechos Humanos y la dignidad de las personas”, indicó el mandatario, quien sobre la media noche del viernes hizo presencia en el Puesto de Control para conocer la situación en el terreno.
Desde muy temprano en la noche, el capitán Diego Fernando Montoya Vallejo, Comandante Estación de Policía Tuluá, quien lideró el dispositivo en coordinación con el coronel (R) Javier Martínez Orive, Gerente de Seguridad Ciudadana, se reunieron en las instalaciones del comando de Policía para dar instrucciones precisas a todos los intervinientes.
Antes de las 9:00 p.m., en cada punto cardinal de la rotonda se instalaron patrullas policiales, mientras que el Puesto de Control se dispuso frente al Campo Santo, sitio donde los policiales iniciaron los retenes de identificación de personas y solicitud de antecedentes, mientras que los guardas del Departamento de Movilidad y Seguridad Vial, revisaban la documentación de los vehículos.
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