La vereda la Rivera requiere de más apoyo y compromiso del Gobierno Local

Ubicada en la margen occidental del municipio de Tuluá en el centro del Valle del Cauca, se localiza la vereda la Rivera, un sector rural plano cuyos límites están determinados con Mateguadua, La Colonia, hacienda San José y el club Campestre.
Con más de 300 habitantes, predominando los niños y jóvenes, cerca de 111 casas, lleva más de 30 años de haberse conformado como sector habitado en esta margen de la ciudad a escasos minutos de la escuela de policía Simón Bolívar.
La líder comunal, Ángela Patricia Gómez Domínguez, a quien recientemente le fuera encomendada esta acción como presidenta en interinidad desde hace 8 meses, manifiesta que debido a una serie de inconvenientes presentados, el anterior presidente dimitió de su cargo, pero la comunidad sabedora de su gran compromiso y trabajo que ha venido liderando desde su llegada allí hace cerca de 25 años, le permite direccionar el desarrollo de la vereda para el beneficio y mejor calidad de vida de sus habitantes.
Los logros alcanzados por ella y de la mano de la comunidad se detallan la construcción de la iglesia que tanto se requiere para que la feligresía no tenga que desplazarse hasta la ciudad en busca de un sitio de regocijo y silencio para estar en contacto con el dador de la vida.
Este proyecto de construir el templo católico se adelanta gracias al trabajo de los mismos habitantes de le vereda la Rivera, mediante chocolatadas, kermés, bazares entre otros eventos con lo cual han podido levantar las paredes de la edificación.
Actualmente se trabaja con la población juvenil, en busca de la integración de estos muchachos al tema social, radica la importancia de este trabajo, el evitar que ellos caigan en las redes del flagelo de la drogadicción.
Existe allí un puesto de salud, que de acuerdo a lo manifestado por la señora Ángela Patricia Gómez Domínguez, está en pésimas condiciones físicas y de mobiliario para ser un puesto de salud, es así como se ha oficiado al señor alcalde Rafael Eduardo Palau Salazar y al secretario de salud para que ejecuten las obras requeridas, antes de que el techo colapse y cause accidentes con resultados fatales, al centro de salud le falta pintura, baterías sanitarias, mejorar la iluminación, camillas y dotarla de los elementos y medicamentos necesarios para que los pacientes enfermos que lleguen encuentren aunque sea un calmante para mitigar el dolor.
En cuanto al tema de recreación, en la vereda los niños y jóvenes deben jugar cerca a la doble calzada en una vía interna alterna que conduce al caserío, poniendo en riesgo sus vida por cuanto el balón sale a la vía rápida y con el objeto los muchachos, no existe un parque de diversiones o sitio especifico que permita la sana recreación de la población infantil y juvenil.
Por fortuna cuentan con la sede educativa Jose Eustacio Rivera, donde reciben educación formal en primaria y secundaria los educandos, otro inconveniente muy sonado en la Rivera tiene que ver con la falta de diseño en el puente que se construyo bajo la carretera de doble calzada, para no dejar incomunicados los habitantes, allí se registran constantes charcos de agua provenientes de una acequia cerca y lo que dejan las lluvias, que no tienen un sumidero inmediato para evacuar el agua, en igual manera lo estrecho del tunes del puente genera en muchas ocasiones accidentes vehiculares, porque las curvas en sentidos oriente – occidente y viceversa están muy cerradas e impiden la visibilidad inmediata, y al momento de ingresar al túnel se encuentran con otro vehículo en sentido contrario.
Este inconveniente y falta de diseño en la obra por parte de la concesión Pisa, conlleva a que los motociclistas y ciclistas utilicen el túnel peatonal, causando traumas de mayor tamaño, desafortunadamente, según la líder comunal Ángela Patricia Gómez Domínguez, la firma concesionaria de la doble calzada no se pronuncia ante las múltiples peticiones hechas y han dejado todo a la deriva.
En cuanto a la seguridad, la vigilancia se presta por parte de patrullas motorizadas de la policía en rondas permanentes, solo que, un grupo de muchachos de otros sectores, llegan a la vereda causando daños como robos, atracos y otros ilícitos, que como quiera que sea, afectan el normal desarrollo de una comunidad pujante, trabajadora y de sanas costumbres, por ello han acudido a la policía, en ara de encontrar eco positivo en la erradicación de esta problemática, lo cual se viene brindando prontamente.
Es de recordar que la junta de acción comunal se quedo sin presidente desde el mes de septiembre del año 2.009 y desde entonces estuvo a la deriva, pero que gracias al apoyo de la ciudadanía se logra retomar las riendas del cargo y así evitar problemas mayores.
La actual dignataria comunal Ángela Patricia Gómez Domínguez labora en la ciudad campestre, desempeñándose en oficios varios, con un hogar conformado con el señor Libardo González quien desde hace 16 años labora en una empresa de la región, tienen tres hijos y tres nietos y utilizan parte de los dineros ganados fruto del trabajo en acciones sociales requeridas en la junta comunal.
La única vía que conecta el sector poblado esta pavimentada en gran parte, quedando un gran tramo por incluir en obras civiles para quedar plenamente transitable en vehículos.
A pesar de no contar con una organización comunal, los actuales miembros escogidos por la ciudadanía, cumplen un papel fundamental y trascendental para el desarrollo de la vereda que aspira posicionarse como las restantes en Tuluá, y realizar las fiestas patronales, que les permita obtener buenos recursos que puedan ser invertidos en mejorar la calidad de vida de sus gentes, preciso la líder comunal. El semanario el Periódico, se constituye en el primer medio escrito y de alta imparcialidad que llega a estas comunidades, en aras de prestar un servicio social, periodístico y servir de camino para que los gobernantes, conozcan la realidad de los problemas que les aqueja, de ahí que invitamos a los gobernantes de turno, precisar en más y contundentes acciones en beneficio de la ciudadanía.