4.1.10

Tulueños que descuellan Gerardo, el de la treinta y cuatro

Por DANIEL POTES VARGAS

Cuando llegó Luís Mario Tascón a Tuluá, la calle 34 del barrio Salesiano era algo más que un polvero. Él venía de Los Chancos y doña Mercedes Carrizales, de Pradera, era la compañera amorosa que lo seguía a todas partes. En esa casa, que hoy existe y es habitada por dos hermanos y una mascota, vinieron de Los Chancos Luís Hernando, Cenayda, Severo, Holda, Heberth, Gerardo y Oscar Tascón Canizales. El último falleció haciendo probar a la familia el dolor ante la partida ilímite en el tiempo de un ser querido. Así como Heberth fue amante de jolgorios, Gerardo fue bailarín y masticador de hielo. Amante de los disfraces y de consentir a sus mascotas, considera que sus pájaros, Pirulín, Pachito y Pepe, una mirla anciana, deben ser también Tascón Canizales. Cuando hacen la oración a la Sangre de Cristo, todas las noches, incluyen al pajarerío en sus rezos.
Bisnieto del General Manuel José Mora, por línea materna, Gerardo, acompañado de su fiel mascota Nico, comenta que en este mundo tan denso de ideología, donde la gente cree menos cada día en el plano espiritual y todo se volvió sexo y dinero, las devociones son vías maravillosas de vida. La oración es una fortaleza sin igual. Hay intervención de fuerzas poderosas en nuestras vidas y no nos enteramos o no queremos aceptarlo porque la Física y la Química sugieren que no hay nada de sutil en el mundo, nada aparte de átomos y moléculas.
Gerardo estaba enfermo de melancolía profunda. No quería vivir y su depresión con tendencia a la autodestrucción no era controlada ni por los siquiatras de Cali. Su devoción a María Auxiliadora, advocación de los padres salesianos a la Virgen María, lo llenó de fortaleza y luz espiritual. Hoy es un tulueño feliz de vivir. El abismo retrocedió y cree que vale la pena pensar que hay algo más allá de esto. Al mentecato le señalan el horizonte y mira el dedo índice que lo indica. No seamos así. Gerardo, de contento, usa disfraces para asustar a Nico y ya la tiniebla no lo arredra. Sabe que en el universo no sólo hay materia. También hay energía, cuya naturaleza completa no conocemos todavía.